En la Roma antigua, los niños de los ciudadanos romanos llevaban un collar llamado Bulla para indicar su condición de futuros ciudadanos libres. Si, por desgracia, salían de casa sin su Bulla para ir a los Baños Públicos, se arriesgaban a ser tomados por los demás como no-ciudadanos y podían sufrir todo tipo de abusos sexuales por parte de los adultos. De hecho, perder ese collar significaba perder su futura condición de ciudadano romano.
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