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miércoles, 20 de junio de 2012

Anécdotas Históricas -171-



Eduardo VII de Gran-Bretaña tenía fama de ser muy indulgente con los niños. Un día en que estaba almorzando con su hijo el Príncipe de Gales y su joven nieto el Príncipe Eduardo de Gales (futuros Jorge V y Eduardo VIII respectivamente), y el rey estaba manteniendo una conversación con su heredero, el nieto le interrumpió de viva voz:

-"¡Abuelo!¡Abuelo!"

Amablemente pero firmemente, el monarca advirtió a su nieto que no debía interrumpir la conversación de los adultos. Pero, haciendo caso omiso a la advertencia, el niño volvió a proferir con más fuerza:

-"¡Abuelo!¡Abuelo!"

El rey se volvió hacia su nieto y le espetó con firmeza:

-"¡Tú no puedes hablar mientras yo esté hablando! Cuando yo termine de hablar, tú tendrás entonces el permiso para decir lo que quieras."

Cuando Eduardo VII acabó su conversación con el Príncipe de Gales, se giró hacia su nieto y le dijo:

-"Ahora he acabado de hablar. ¿Qué era eso tan importante que querías decir?"

-"¡Quería decirle que tenía una oruga en su ensalada, pero ya está, se la ha comido!" espetó el principito.

Anécdota de: Eduardo VII, Rey de Gran-Bretaña e Irlanda, Emperador de la India (1841-1910).

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